Hay una situación muy habitual en el aprendizaje de un idioma: lo estudias durante un tiempo, meses o años, pero te cuesta hablar hasta de lo más sencillo. Pero si tenemos en cuenta cómo es una clase típica, no debería sorprendernos.
La mayoría de las clases en el colegio se centraban en:
- leer artículos sobre temas aleatorios, rara vez sobre algo que me interesara lo más mínimo
- estudiar teoría gramatical
- hacer ejercicios en los que se "practicaba" de una forma muy poco natural. Las conversaciones eran casi siempre con otros estudiantes, que eran tan incompetentes como yo en el idioma en cuestión.
La mayoría de las clases particulares eran más de lo mismo: una pérdida de tiempo, pero al menos estabas más expuesto al idioma.
Mi trayectoria en el estudio de idiomas
Empecé a aprender idiomas de forma típica: estudiando inglés en un colegio público, con un poco de ayuda en casa, y luego con clases en una escuela de idiomas. Sacaba buenas notas en el colegio, pero apenas era capaz de hablarlo.
Todo cambió cuando me pasé de una escuela de idiomas convencional a una que utilizaba un método directo, un enfoque en el que los alumnos hablaban durante la clase. Esto me ayudó a "soltarme" y por primera vez me desenvolví en el uso del vocabulario y las construcciones gramaticales en una conversación.
Por aquella época descubrí el software de repetición espaciada, una forma eficaz de entrenarme con el vocabulario. Me impresionó tanto la eficacia de aprender idiomas "a mi manera" que se convirtió en una afición; en una faceta que duró unos cuantos años. En esa temporada dejé de centrarme en el inglés y aprendí primero el francés partiendo de cero, y luego empecé de nuevo con el alemán, esta vez dispuesto a aprenderlo. En mi mejor momento hablaba bastante bien el alemán y el francés, y el uso de estos idiomas conformaba una parte importante de mi vida social, a pesar de que vivía en Cracovia (Polonia).
El último idioma en el que me apliqué seriamente fue el español, tras mudarme a España. Aunque ya no me fascinaba tanto aprender idiomas, el estar inmerso en una lengua y en una cultura nueva, me animó a aprenderlo y me motivó.
¿Cómo aprendería otro idioma ahora?
Aprendí a manejar los idiomas mientras estudiaba inglés, y luego pulí la técnica al estudiar francés, alemán y español. ¿Qué haría ahora si volviera a aprender idiomas?
Unas cuantas clases online a la semana
Ahora mismo hay tantas plataformas de enseñanza online - por ejemplo, italki, con las que tienes acceso a nativos de tu idioma de destino, donde quiera que vivas. Yo optaría por unas pocas clases a la semana. En caso de tener limitaciones de tiempo o dinero, las mantendría en 30 ó 45 minutos, pero espaciadas a lo largo de la semana para tener contacto con el idioma cada pocos días.
Como sé que no necesito muchas explicaciones teóricas, me decantaría por profesores más asequibles y no profesionales. No sólo es más barato, sino que ayuda a evitar que el profesor traiga manías de fábrica, como las que quería eludir en el colegio. Por ejemplo, pasar mucho tiempo comentando sutilezas gramaticales. Me encanta aprender bien la gramática, pero de manera intuitiva, no analítica.
Centrarse en la conversación
Mis clases serían únicamente de conversación. Las primeras frases que se aprenden son:
- "¿Cómo se dice ... ?"
- "¿Qué significa ...?"
De esta manera podemos empezar a dar clases en el nuevo idioma desde el primer día.
¿De qué hablaría? Lo ideal sería que tuviese suficientes intereses en común con mi profesor para que la conversación fluyera de forma natural. De no ser así, siempre habría temas relevantes:
- quién soy
- a qué me dedico
- qué planes tengo para el próximo fin de semana
- lo que he hecho recientemente
- las noticias que han acaparado las conversaciones últimamente - no cualquier noticia, sino aquéllas de las que no se puede evitar hablar
Éstos son precisamente los temas de los que hablarías si conocieses a alguien con quien pudieses practicar un nuevo idioma; la gente con la que te relacionas durante las vacaciones, tus suegros, las personas con las que socializas en el extranjero, etc.
Tomar notas
Siempre que mi profesor me enseñaba palabras o frases, las anotaba para poder repetirlas al salir de clase. Cuando aprendía español intensivamente, tenía una colección de notas pegadas en la pared que procuraba volver a leer varias veces al día. Éstas eran incluso útiles durante la clase en sí: si me olvidaba de una palabra nueva, podía simplemente identificarla entre mis notas.
Repetir con otro profesor
Lo ideal era que cada clase que tuviera a lo largo de la semana fuera con un profesor diferente. Así podía aprender algunos términos relativos a los temas que estaba estudiando con una persona y al día siguiente utilizar esas palabras al contarle la misma historia a otro profesor. Además, es menos probable que te quedes sin temas de conversación con alguien a quien ves una vez en semana en lugar de varias veces a la semana.
Utilizar software de vocabulario
La repetición espaciada es una forma estupenda de mejorar el rendimiento a la hora de aprender. La idea es repetir la palabra a medida que la memoria empieza a fallar; así, por un lado la retienes, pero a la vez no le dedicas demasiado tiempo. Este sistema se podría adaptar con fichas de cartulina, pero lo más eficaz es contar con una aplicación que lo haga por ti. Algunos ejemplos de programas son:
- SuperMemo - un programa de pago que utilicé mucho cuando aprendía inglés francés y alemán, o
- Anki - un programa gratuito y de código abierto, práctico sobre todo si quieres crear tus propias listas de vocabulario
En ambos casos, la aplicación te pregunta por palabras que ya deberías conocer, permitiéndote poder comprobarlo por ti mismo y autoevaluarte. En función del resultado, programará la repetición de ese término antes si has fallado, o más tarde si lo has acertado.
Las cosas que más me gustaron de aprender con SuperMemo fueron:
- los archivos de audio para todas las palabras y frases expuestas de ejemplo - para yo poder repetirlas, en lugar de tener que descifrar el alfabeto fonético
- el tamaño de sus bases de datos: las aplicaciones contenían miles de palabras para todos los niveles.
- la repetición espaciada
Desgraciadamente, hay menos material disponible para los idiomas menos comunes: así que para inglés o francés tendríamos innumerables recursos, pero para el polaco o el vasco no tanto.
¿Qué trucos tienes para aprender idiomas?
¿Cuál ha sido tu experiencia aprendiendo idiomas? ¿Tienes algún truco que quieras compartir con otros lectores? ¡Me encantaría leerlos en los comentarios!